“Era un chino súper tranquilo y amable. Él solo quería trabajar, para tener dinero ya que estaba en el último año de la escuela”, expresó el padre.
Se trata de la progenitora de Pedro Henrique, un chico de 16 años cuya vida le fue arrebatada hace unas semanas durante un robo en su lugar de trabajo.
El adolescente llevaba menos de un mes trabajando en el supermercado en el que bandidos sin corazón le arrancaron sus sueños. Y con su vida robada, también se han llevado la tranquilidad de toda una familia.
Ahora la madre –cuyo nombre se mantendrá en el anonimato por su seguridad- entre lágrimas les pide a las autoridades que hagan justicia por la muerte de su hijo.
Pedro era un estudiante de último año de secundaria y, debido a la situación económica que aquejaba a su familia durante la pandemia, pidió a su madre que lo dejase trabajar.
El día del robo, Pedro estaba emocionado porque su jefe le daría el carnet que lo identificaba como trabajador del supermercado. El niño cumpliría un mes en el lugar esa misma semana y todos parecían estar contentos con su desempeño laboral.
El martes 09 de marzo dos hombres jóvenes con mascarillas entraron y apuntaron a los clientes del negocio, mientras tomaban el dinero que había en la caja registradora.
Tanto los compradores como trabajadores cooperaron, nadie se resistió al atraco pero uno de los delincuentes impactó al adolescente antes de marcharse del lugar.