El próximo 3 de diciembre se cumple un mes del fallecimiento de Melani Castro, la joven que murió luego de pasar más de once horas esperando ser atendida en la Clínica Santa Clara y no recibir un diagnóstico médico. Este martes, por segunda vez, la familia de la sanjuanina revivió el dolor. La jueza del Segundo Juzgado Correccional, Carolina Parra, ordenó la exhumación del cadáver.
El proceso fue llamativo. Estaba previsto a las 8.30, pero los agentes de la División de Científica y los veedores judiciales llegaron media hora después. Al arribar al lugar, una médica increpó a la madre y le comentó que por orden de la jueza impedía que el operativo se llevara frente a los familiares y la abogada defensora, María Filomena Noriega. Alegó que era netamente por protocolo Covid-19.
Los teros sobrevolando sobre las flores, las palas clavadas en la tierra y una camilla de lata aguardaban por el inicio de la extracción del cadáver. Los ayudantes judiciales pidieron a la concurrencia retirarse de la tumba. Solamente se permitió que Adriana y Mónica Castañón, madre y tía de la fallecida, pudieran presenciar el trabajo.
Algo que llamó la atención de los familiares fue que cuando llegaron a donde descansa Melani había otro fallecido que fue enterrado en la misma fosa. Era un hombre cuyas iniciales son J.C.A y fue sepultado entre el sábado y el lunes en la tarde. Esto obedeció, según indicaron, a que ese espacio le fue donado a la familia de la difunta. Sin embargo, esto no fue un impedimento porque le explicaron que el cajón donde están los restos de la joven quedó arriba.
Salvado ese detalle, la enviada por la jueza Parra dijo que la autopsia se iba a desarrollar al aire libre. Esto llamó la atención en los familiares porque tenían previsto que la trasladaran hasta la Morgue Judicial, como habían quedado en un comienzo. La encargada del operativo comentó que fue decisión de la magistrada.
Cabe resaltar que en el parte de defunción a Melani le consignaron que falleció siendo sospechosa de Covid-19. Su cuerpo fue envuelto en doble bolsa mortuoria y se siguió un meticuloso proceso en el cual no tuvo velorio ni una digna despedida por parte de su familia. Ellos contaron que cuando fueron al cementerio, los panteoneros ya la habían sepultado.
Reconocimiento, ADN y autopsia: inédito
La familia de Melani tenía dudas de que sea su hija la que esté bajo tierra. Por ese motivo, más allá del reconocimiento a prima facie, lo que pidieron es un ADN. Esto se montó en una carpa que reposó sobre la tumba donde descansa la joven. La madre y la tía, al igual que el resto del equipo que estaba conformado por trece personas, lucían barbijos y mamelucos blancos para evitar potenciales contagios.
Con respecto a la autopsia, Noriega explicó que el procedimiento es inédito debido a que fue al aire libre. La orden la dio la magistrada para no concurrir a un lugar cerrado por temor a una posible propagación de la enfermedad pandémica, según informó Diario Huarpe.