Absolvieron a un cura que abusó sexualmente de una alumna por 9 años

El ex cura Carlos Eduardo José fue absuelto hoy en los tribunales de San Martín. Se lo acusaba de “abuso sexual gravemente ultrajante agravado por tener un cargo eclesiástico” en el Instituto San José Obrero, ubicado en Caseros, provincia de Buenos Aires.

El Tribunal Oral en lo Criminal N°2 de dicha jurisdicción, a cargo de Raúl Luchelli Ramos, Mónica María Carreira y Carolina Martínez, determinó que los hechos que denunció, Mailín Gobbo, de 33 años, que habrían ocurrido entre 1999 y 2008, prescribieron. Hace tres años que José estaba cumpliendo prisión preventiva, una medida que dictó la Justicia luego de que el ex cura estuviera una semana prófugo.

“A mí no me va a volver a abusar, va a abusar a otra nena. Me escribieron un montón de chicas que fueron víctimas de él. Los jueces y los abogados están encubriendo a un pedófilo”, exclamó Gobbo luego de escuchar la sentencia.

“Lo de los tribunales es una vergüenza y lo de la Iglesia también. Recurriremos a la Cámara de Casación. El argumento del tribunal es que prescribieron los hechos. El excura nunca los negó, nunca, esto es tierra de nadie, estos son los jueces que tenemos”, dijo Hector Silveira, uno de los abogados de Gobbo. “¿Cuál era el sentido de celebrar el debate si el delito estaba prescripto? ¿Cuál era el sentido del juicio si el delito estaba prescripto? Hoy es un día de luto para la Justicia”, señaló Alejandro Stipancic, otro de los asesores legales de la denunciante.

La Justicia también investiga otras tres denuncias, que fueron efectuadas por Jazmín Detez -quien radicó la denuncia junto a Gobbo-, Cecilia Burgos y Karen Maydana. La defensa del acusado también señaló que los delitos denunciados por estas tres mujeres prescribieron.

Sin embargo, desde el 2015 se toma como punto de partida para los delitos contra la integridad sexual cometidos contra menores de 18 años el momento en el que la víctima lo denuncia. Ahora, la Corte Suprema de Justicia deberá decidir si esta modificación en la legislación se puede aplicar de manera retroactiva.

Cuando Gobbo tenía 12 años, escribió en su diario íntimo que ya no quería vivir. Su madre le encontró esas anotaciones luego de que ella se quedara dormida con el cuaderno al lado suyo. “La madre vio lo que escribió justo el día que cumplía años. Ahí Mailín empezó a ir a distintos psicólogos durante un tiempo; era evidente que algo pasaba”, dice Silveira.

“Los hechos que recuerdo fueron desde mis 11 años hasta los 20. En el San José Obrero los abusos fueron hasta los 15 años, pero como el cura seguía viniendo a mi casa porque tenía una muy buena relación con mis padres, los abusos continuaron. Para mis papás, que son muy católicos, cuando entraba José era como si hubiera entrado Jesús, le tenían mucha confianza”, relata Gobbo

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