Perpetua para el femicida que mató a Myriam Morales

A casi dos años del brutal femicidio de Myriam Morales, el asesino Mariano Valdez fue condenado este martes 10 de noviembre. El juez Benedicto Correa, quien preside la Sala II de Cámara Penal, sentenció al  albañil de 44 años a perpetua, lo mismo que habían pedido tanto la fiscalía como la querella.

El juicio empezó este lunes por la mañana con el imputado de homicidio agravado por violencia de género y hurto simple (por el robo de la moto de la víctima), Mariano Valdez, desde una habitación del penal de Chimbas. El hombre vivió el debate por teleconferencia debido a la pandemia. En la sala se encontraron el juez Benedicto Correa, el fiscal de cámara Daniel Galvani, el abogado defensor Alejandro Castán y la querella representada por el doctor Franco Marchese.

Durante la audiencia, que iba a empezar a las 8:30, pero se demoró hasta las 10. Durante la misma Valdez se abstuvo de declarar y escuchó a cada uno de los testigos en silencio.

Los primeros en declarar fueron el viudo de Myriam, Eduardo Martínez y luego los padres de la mujer. Los tres señalaron que conocían al imputado como un novio que tuvo por dos meses y que duró poco porque era una relación violenta en el que abundaban los golpes.

La mujer estaba separado de Martínez y en ese tiempo conoció al albañil, pero luego decidió volver con el hombre que compartió casi toda su vida. Según las declaraciones, esto no le gustó a Mariano Valdez, que empezó a acosar Myriam en la calle. Inclusive la amenazó de muerte: «si no sos mía, no vas a ser de nadie», le dijo.

La situación se agravó hasta que el 15 de febrero de 2019, cuando Myriam Morales fue a la casa de sus padres, en el asentamiento El Carril, a limpiar y a prepararle el almuerzo a su papá como lo hacía todos los días desde que su mamá viajó a La Plata a visitar a su hermana. Ese día al mediodía Valdez la agarró por sorpresa y le asestó varias apuñaladas en el pecho que terminaron con su vida, según la investigación policial. La mujer se quiso defender del ataque, esto se supone porque tenía sus manos cerradas.

Luego el albañil tomó la moto de su víctima y huyó de la escena del crimen. Abandonó el rodado en unos yuyos que había a 100 metros de su casa, en Ruta 40 y Calle 10, y tomó su motocicleta para esconderse de la Policía, según informó Diario Huarpe.

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