Le pegaba a su abuela y lo mató de un tiro

“Tío, me mandé una macana; lo maté al abuelo”, confesó el adolescente de 17 años a Víctor Hugo Peralta. El joven le habría disparado con una escopeta a Juan Carlos Rodríguez, de 68 años, quien luego hallado sin vida en el comedor de su precaria vivienda. Según fuentes policiales, el chico atacó con el arma que estaba en la casa al hombre para impedir que siguiera agrediendo a su abuela. El hecho ocurrió el domingo en la localidad de Las Talas, en Bella Vista, Tucumán.

El reporte oficial consignó que Rodríguez agredió a su mujer en su domicilio delante de uno de sus nietos, y que intentó asfixiarla. El muchacho habría tratado de ponerle un freno a la situación, pero sin éxito. Entonces, habría tomado una escopeta y disparado contra Rodríguez.

La tragedia

El nieto fue a visitar a sus abuelos como cada domingo a la casa de la zona de Las Talas. Allí, se encontró con el drama. El muchacho, que acaba de terminar la secundaria, atacó a Rodríguez; a quien el proyectil le ingresó el sector de la sien.

“Seguro estaba lleno de ira, hace tiempo que es testigo de la violencia que ejerce este hombre contra nuestra tía”, relataron familiares de la mujer. “Juan Carlos siempre fue violento y mi sobrino es una excelente persona. Es un jovencito de la casa, siempre amó a su abuela, sólo quiso ayudarla”, relataron los mismos parientes.

La muerte de este hombre sorprendió al entorno familiar y al vecindario, a pesar de que no tenían tanto contacto con los habitantes de la zona. “Jamás pasamos por una situación como ésta. ¿Y si ahora estuviésemos enterrando a mi tía, en vez de Juan Carlos? Hace años que la agrede verbal y físicamente. Podía matarla en cualquier momento”, contaron los familiares, quienes pidieron que sus nombres se mantengan en reserva.

Horas después del crimen en Las Talas, la Policía llegó al lugar tras recibir el llamado telefónico del padre del joven. El hombre avisó todo lo que había sucedido.

Los policías de la comisaría local demoraron al adolescente, tras corroborar el fallecimiento de Rodríguez. Ese mismo día fue trasladado al instituto Roca, en la capital, según contó Víctor Hugo Peralta, cuñado de la víctima.

Peralta contó que al momento del hecho estaba en su vivienda, ubicada a metros de la casa del matrimonio Rodríguez, recostado y escuchando la radio.

“Yo no escuché nada, mi sobrino me llamó y contó lo que había hecho. Crucé a la casa y vi a mi cuñado sin vida”, describió el hombre (ver “Es un buen chico…”). “Mi hermana jamás me contó que haya sufrido violencia física por parte de Rodríguez. Ella me preocupa porque, además, tiene un problema cerebral y con esta situación se puso peor”, agregó. Y señaló que “compartía muy poco con su hermana y con su cuñado”.

“Mi sobrino se había comunicado con el padre para contarle lo que había hecho. Salió de aquí y lo agarraron a unos metros de la casa. Su familia estuvo con él hasta que llegó la Policía. Estaba muy asustado. El padre avisó a los policías. Jamás habíamos tenido problemas con el muchacho”, remarcó Peralta.

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