Las familias de las nenas de 11 años que murieron al ser atropelladas por un conductor borracho el viernes pasado en Pocito encabezaron este lunes una marcha para pedir justicia.
Vecinos del barrio Cruce de los Andes y de zonas aledañas se reunieron en el centro del departamento tras la convocatoria de las mamás de Ailén y Julieta, difundida por las redes sociales.
Con carteles y fotos de las niñas fallecidas, más de 100 personas marcharon pidiendo que Sergio Eduardo Arenas, que se entregó como el conductor del vehículo, obtenga la pena máxima posible.
El hombre de 30 años se presentó varias horas después del hecho y el test de alcoholemia en la Comisaría Séptima le dio 1,19 gramos de alcohol por litro de sangre, más del doble de lo permitido por ley para conducir (0,5).
La mamá de Julieta, Noelia Quiroga, mencionó que Arenas «tuvo toda la noche para planear todo» después de fugarse del lugar y «entregarse a las horas frente a la policía».
La mujer agregó que las dos chicas eran amigas y que estaban entusiasmadas por el corso que se iba a realizar en el barrio.
«Estaban con la mamá de Ailén al momento del accidente, pero este hombre venía sin luces. Por eso cruzaron la calle y no vieron que venía el auto», agregó.
Por su parte, Susana Méndez, la mamá de Ailén, sufrió una crisis nerviosa entre llantos y gritos de desconsuelo. Incluso se desmayó en la plaza y tuvo que ser auxiliada, pero después pudo continuar la marcha sin soltar en ningún momento el cartel mostrando la foto de su hija.
Frente a la comisaría, la gente se paró al grito de «asesino» y pidiendo que Arenas reciba una condena ejemplar.
El padrastro de Ailén, Ernesto Figueroa, sostuvo que «estamos con el dolor de dos familias pidiendo por justicia» y deslizó la posibilidad de que Arenas esté encubriendo a una mujer.
«Nosotros tenemos testigos de que esto fue así. Estamos esperando que la policía lleve a los testigos a declarar y que también el hombre diga quién es la mujer que iba manejando», disparó.
Ailén y Julieta fueron arrolladas por un auto blanco en calle Mendoza, entre 13 y 14, el viernes pasado a las 22 cuando cruzaron la calle hacia un negocio para hacer compras junto a un adulto.
Fuente: Diario Huarpe