El pasado 25 de diciembre, una mujer vivió una pesadilla en Navidad al ser víctima de una brutal agresión por parte de su esposo, un hombre de 59 años que se desplaza en silla de ruedas tras sufrir un ACV recientemente.
La pareja, casada durante 38 años, mantenía un silencio sobre las agresiones que la mujer venía sufriendo constantemente. La víctima, que era objeto de violencia de género, no había denunciado previamente los maltratos debido al delicado estado de salud de su marido.
La escalada de violencia alcanzó su punto crítico en la madrugada de Navidad. Según relató la fiscal Daniela Pringles, el agresor le pidió a su esposa ayuda para acostarse, y al demorarse en responder, la golpeó con un palo de escoba. Posteriormente, arrojó un termo con agua hirviendo en una de las piernas de la mujer.
El jueves, la víctima decidió romper el silencio y denunciar los hechos ante la Unidad Fiscal de Violencia de Género (UFI CAVIG). La fiscal Pringles tomó inmediata intervención en el caso y ordenó la exclusión del hogar para el agresor. Sin embargo, debido a las dificultades de movilidad del agresor, se solicitó su traslado a un hogar bajo la tutela del Estado. El sábado, el hombre ingresó al hospital Julieta Lanteri para recibir atención médica.