Se vendaba las manos para golpearla y no dejarle marcas

Un caso “bestial”, que pudo haber terminado en un femicidio, se produjo en una casa del barrio Noroeste, de la ciudad de Forres, Santiago del Estero, donde una mujer -oriunda de Catamarca- permaneció una semana encerrada por su concubino.

El grave caso salió a la luz ayer cuando la víctima, de 44 años, logro huir hacia la casa de su vecina y desde allí pidió ayuda a su hermana, quien al verla herida, la llevó hasta la Comisaría para hacer la denuncia.

La mujer, quien tenía lesiones visibles a la altura de sus ojos, contó que hace cinco años que vive con el acusado, un sujeto de apellido Enríquez, apodado “Napo”, con quien no tiene hijos en común.

Sobre el brutal hecho la víctima, visiblemente consternada, manifestó que hace más de una semana que su pareja la tenía encerrada en una de las habitaciones de su casa, sin dejarla siquiera salir al baño.

La damnificada explicó que el despiadado sujeto salía a trabajar y cuando regresaba cocinaba para él mientras que a ella -quien siempre estuvo dentro de la misma habitación- le daba de comer sus sobras.

La mujer remarcó que hubo días en los que pasó sin beber ni comer. Más tarde recordó que su pareja ingresaba a la habitación donde ella se encontraba y la atacaba a golpes.

Según sostuvo la víctima, su concubino se vendaba -con gasas- las manos para darle trompadas y que las “marcas” no queden grabadas en el rostro de la damnificada.

Además, mientras la golpeaba la amenazaba diciéndole que si ella lo denuncia él iría preso pero “voy a salir y te voy a matar igual”. Pese a los intentos del violento por ocultar las evidencias, cuando la mujer llegó a la comisaría tenía hematomas en sus ojos y brazos.

La víctima expresó que aprovechó que el acusado se olvidó de trabar la puerta para huir por la tapia a la casa de su vecina colindante, donde pidió ayuda.

La policía comunicó la situación a la Dra. Marta Elena Ovejero, coordinadora de la Unidad de Violencia de Género e Intrafamiliar, ordenó que la policía ponga tras las rejas al acusado y que la mujer sea examinada por el médico de Sanidad policial. 

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