Salió de la cárcel y subió una selfie con la esposa de su compañero de celda

Alejandro Guerrero debía volver al penal después de una salida transitoria, pero no lo hizo. Ahora lo busca la policía y la familia de su compañero de celda.

El pastor Alejandro tenía salidas transitorias de la Unidad 32 de Florencio Varela. El hombre debía volver a las 24 horas a la cárcel. Sin embargo, nunca lo hizo y horas más tarde apareció con una foto en las redes sociales junto con la pareja de un compañero de celda. La imagen, difundida en un estado WhatsApp, lo muestra en lo que parece ser una cama, acostado con la mujer, que lo besa.

Al trascender la noticia, los «hermanitos», como se denomina en la jerga a los presos cristianos, están indignados. Y le advirtieron que si llega a ingresar otra vez a prisión, le harán pagar la traición. Le escribieron presos de las unidades de Lomas de Zamora, San Martín, Olmos, La Plata y Florencio Varela.

Alejandro Claudio Guerrero (37) esta preso por diferentes robos. Comenzó en el ambiente delictivo a los 10 años cuando vivía en la calle y consumía cocaína. Se la pasaba arriba de trenes. De Glew a Alejandro Korn. «Sustraía bolsos, billeteras. Tiré muchas personas a las vías, para robarles. Al que se resistía, lo empujaba del tren. No sé si alguno habrá muerto», detalló.

Pasó 20 años detenido. «Yo quería morirme», dijo. «Estaba en la calle a la edad que tenía que estar en el colegio, el club y con mi familia. Lo más doloroso que viví en el tren fue ver a un nene de mi edad con su papá y su mamá. Verme en mi situación, me mató de impotencia», contó en 2018 en una entrevista. Además, confesó que llegó a matar y que su carátula es «robo calificado y portación ilegal de arma de guerra».

El pastor Alejandro llegó a la iglesia carcelaria por negocios. Hasta hace menos de un año, era referente de los sectores 7 y 8 de la Unidad 9 de La Plata. Un «ciervo», como se los llama. Su jerarquía era «evangelista». Su última causa es de octubre de 2015.

«Quería hacerte creer que era cristiano y tenía mucho contacto con los penitenciarios», cuenta un detenido. «Hacía negocios con ellos: vendía la carne que recibía para el pabellón, te cobraba las camas y lo que te puedas imaginar».

El pastor Alejandro, por su jerarquía, también accedía a los talleres curriculares de la tarde: era guitarrista y cantante de la banda de música del sector evangelista. Además, participaba de cada reunión espiritual.

El pastor Alejandro había formado una amistad con Javier (su nombre no es real), otro detenido de su «Monasterio». Al punto de que Javier, que había llegado por robos y se encomendó a Cristo luego de recuperarse de una enfermedad que lo llevó al filo de la muerte, le presentó a su mujer, Johanna (su nombre tampoco es real).

Alejandro, Javier y Johanna pasaron a compartir ratos los días de visita, siempre en la Unidad 9 de La Plata. En mayo pasado, luego de los motines en distintas cárceles bonaerenses, Alejandro fue trasladado a la Unidad 32 de Florencio Varela. Javier continuó en La Plata. Y Alejandro, al seguir en contacto con Johanna, le pidió un favor: que le dejara fijar la dirección de su casa de José C. Paz ante su Juzgado. Ese es uno de los requisitos solicitados para los que están a punto de recibir el beneficio de la salida transitoria.

La foto del pastor junto a Johann en su cama se viralizó se viralizó entre los detenidos evangelistas de todas las unidades. La Justicia y la Policía no son los únicos que lo están buscando para pedirle respuestas.

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