
El kirchnerismo parece aplicar una fórmula de proporcionalidad inversa ante el Presidente: a medida que Alberto Fernández sube su perfil con tintes de campaña son mayores las ausencias y deserciones en los actos y las convocatorias que el mandatario realiza.
La ecuación volvió a quedar en evidencia ayer en Mendoza, donde Fernández viajó a inaugurar la ampliación de una planta potabilizadora y los principales referentes locales de La Cámpora y el kirchnerismo duro se ausentaron esgrimiendo distintas excusas.
La soledad de Fernández también se vio hoy en La Pampa, según observaron hombres del oficialismo, ante la ausencia de funcionarios del área durante la visita a la obra del gasoducto Néstor Kirchner. Así, en una de las principales apuestas de su gestión, Fernández se mostró solo con empresarios de Techint y Sacde.
l hecho, aunque notorio, parece seguir una línea cuyo puntapié es ubicado por algunas voces del oficialismo en el acto que Fernández encabezó en diciembre pasado para conmemorar sus tres años de gestión, y que causó un fuerte malestar interno. Allí, el mandatario se ubicó en un rol central de cara a las próximas elecciones, al sostener: “Me voy a poner al frente de todos nosotros sin exclusión para que, en diciembre de 2023, el presidente o presidenta que asuma sea uno de nosotros”. La frase repicó en el kirchnerismo y La Cámpora, que en esos días también atravesó un fuerte malestar cuando trascendieron mensajes en off the record de la Casa Rosada que los criticaban con dureza.