Un adolescente quedó parcialmente ciego y sordo después de llevar adelante una dieta especial durante una década en base a papas fritas y salchichas, por el solo hecho que no le gustaba la textura de las verduras y de las frutas.
Esta inédito caso ocurrió en la ciudad inglesa de Bristol y fue viralizado a través de una publicación en la prestigiosa revista Annals of Internal Medicine.
El joven de 19 años tiene de un trastorno alimentario conocido como ARFID (trastorno de alimentación selectiva por sus siglas en inglés). La falta severa de vitaminas terminó causando daños irreversibles en su nervio óptico, que conecta el ojo con el cerebro.
Los doctores descubrieron que tiene una afección conocida como neuropatía óptica nutricional, común en los países con altas tasas de desnutrición.
La mamá del chico afectado se dio cuenta que algo andaba mal cuando empezó a tener problemas de audición a los 14.
Según relató la mujer, su hijo sólo comía papas fritas, salchichas, jamón procesado y pan blanco y que poco a poco fue alejándose de sus amigos y aislándose de la sociedad en general.
«Cuando este comportamiento comienza de niño, tiende a continuar como adulto», afirmaron desde el centro médico que los trata.
También desde el nosocomio aconsejaron que los jóvenes abandonen la «comida basura», porque atrae problemas cardiovasculares, obesidad y cáncer.