Viviana Canosa sorprendió este martes al contar en una entrevista radial que había recibido mensajes intimidatorios del Presidente Alberto Fernández respecto a su labor como periodista. Obviamente, las palabras de la conductora no pasaron inadvertidas. Y por eso, este miércoles, decidió comenzar su programa, Nada Personal, dando detalles sobre lo que le había ocurrido y haciéndole un fuerte reclamo al primer mandatario.
“Debo decir que preferiría estar en mi casa, abrazada a mi hija en la cama, mirando cualquier programa de televisión. Pero me toca estar acá y aclarar esto que pasó”, comenzó diciendo Canosa. Y explicó: “Le había escrito una carta al Presidente para leerla, había hecho el racconto de todas las cosas que pasaron en los últimos diez o quince días. O en los últimos meses, tres o cuatro meses. De los mensajes del Presidente a mi persona antes de empezar el programa, durante el programa e, inclusive, después del programa”.
“Seguramente, ese mensaje del que hablé el otro día fue el que rebalsó la copa. Porque eso que conté ahí, en la radio, me hizo sentir muy mal. Me hizo sentir que no tiene ningún sentido seguir trabajando en lo que me gusta, en lo que me apasiona, en lo que me hace feliz. Y quise mandar, como dije ahí, todo a la mierda”, continuó.
Canosa se refería a un mensaje que Fernández le había mandado el 30 de junio, antes de empezar el programa. “Ese día estaba de invitado Diego Guelar. Yo en el camarín tengo mala señal porque está en el subsuelo. Entonces, cuando recibo un mensaje del Presidente que era un retuit que me hacía, con toda mi inocencia le digo: ‘No baja, no lo puedo ver. Contame de qué se trata’. Y le pongo signos de interrogación. Y al rato, cuando vi que no me contestaba pero sí me había clavado el visto, dije: ‘Debe ser algo malo’. Entonces le dejo un mensaje mientras venía para el piso: ‘Lo voy a ver desde mi casa, debe ser con mala leche porque si no me hubieras contado. No sé, es un tuit de quién…‘”, relató Viviana.
La conductora argumentó que el mensaje recién lo vio finalizado el programa. “Tipo dos de la mañana, cuando ya había dormido a mi hija, estaba en la cama, me había dado un baño y estaba descansando, lo pude ver. Me mandaba un tuit rarísimo que yo no entendía. Y me decía todo eso que decía en ese audio: que me quería mucho, que por eso me lo decía, que me cuidara, que se me iba a volver todo en contra y otras tantas cosas que no viene al caso decir. Insisto, no es la primera vez”.
“Le escribí tres mensajes súper fuertes hablándole de abuso de poder y de otras cosas. Y me arrepentí y borré los tres mensajes. Porque me parecía que era redoblar la apuesta. Y finalmente, es el Presidente y tuve miedo. Y simplemente, le puse: ‘Respiré profundo, tomemos un café cuando quieras’. Pero a la mañana siguiente, cuando me levanté, se me paralizó todo el cuerpo”, contó.
“Sentía un nudo en la garganta, otro en el estómago, me dolía la cabeza…Y no sentía las piernas. Mi nivel de pánico era extremo. El corazón se me salía del cuerpo. En ese momento pensé en llamar al dueño del canal, a quien le agradezco mucho, Carlos Lorefice, para decirle que no quería seguir trabajando. Que mi vida no era un programa de televisión. Que no lo valía. Y me sentía absolutamente vulnerable, impotente. Me enojé. Pero, básicamente, tuve mucho miedo”, recordó sobre las sensaciones de aquel momento.
Luego, agregó: “Era como el Estado contra mí. ¿Por qué? Si lo único que hago es trabajar. Yo no estoy ni de un lado ni del otro de la grieta. Yo no quiero estar ahí. Este programa se hace con todas las voces todas las noches. Y yo le quiero decir al Presidente que ojalá no me llame nunca más. Que no me moleste más. Que me deje trabajar en libertad, que me la merezco, que me la gané. Que soy una mina de bien. Laburadora. Decente. Digo lo que pienso. Vivo en libertad, soy libre. Yo no soy ni quiero ser un títere de nadie”.
Rápidamente, Viviana le habló a Fernández. “Yo me siento absolutamente decepcionada con usted, señor Presidente. Lamento que hayamos interrumpido nuestra amistad. Creo que le he hecho grandes notas el año pasado. Inclusive este, cuando comenzó el año. Siempre puse mi mejor predisposición. Este programa también está para cuando usted quiera decirme las cosas. Pero en vivo, dígamelas en la cara. No me las diga por mensajes. No me asuste. Yo me siento libre, soy libre, quiero vivir en un país libre”, le dijo.
Finalmente, aclaró: “Usted no me va a sacar la sonrisa. Yo no me siento víctima de nadie, ni siquiera del Presidente. Pero no se meta ni con mi libertad ni con mi honor. Se lo pido por favor. Yo ya no soy la misma de antes. Yo antes me callaba todo. Me guardaba todo. Por algo ayer lo pude decir. Lo lamento mucho, Alberto Fernández. Muchísimo. yo lo apreciaba, tenía un afecto especial por usted. Y más allá de nuestras diferencias, yo le deseo lo mejor. Falta muchos años todavía para que usted termine su mandato. Y yo voy a ser una de las primeras en trabajar para que a usted le vaya bien. Pero no se meta con mi libertad. Ni con la mía, ni con la de nadie. Seamos democráticos, republicanos. Seamos decentes“.