Isidoro Rauch nació en Luján y hace 40 años vivió un momento crucial, de esos que cambian la vida para siempre. Subió a un tren que partió de la estación y lo llevó a la guerra de Malvinas. Hoy, es uno de los primeros soldados que fue a buscar su registro de conducir y se encontró con un merecido reconocimiento.
Vine a renovar mi registro y me encontré con la grata sorpresa de que mi nueva licencia conmemora a los que combatimos en Malvinas y me puso muy contento”.
El hombre que conoció el horror recuerda cómo fueron los años siguientes a su participación en las islas: “La posguerra no fue lo mejor que nos pudo haber pasado. Hubo años de abandono, años de tratar de escondernos, de que no salieran a la luz nuestras problemáticas. Aunque sea simple y humilde, lo del registro es un reconocimiento muy importante”.
“Hace 40 años atrás nos hubiera gustado tener un reconocimiento así, pero no lo tuvimos. No lo tuvimos porque quisieron convertirnos en los loquitos de la guerra, pero no pudieron”, dijo.